Lo acompaña en su recorrido el padre Juan Ramón Cabrera, párroco de esa zona del Decanato Oeste de la Diócesis de Catamarca. Durante la jornada sabatina, el pastor diocesano se reunió con los habitantes de estos alejados pueblos del interior catamarqueño, celebró los Sacramentos, presidió la Santa Misa y participó de misachicos, procesiones típicas del Noroeste Argentino que se realizan al ritmo de bombos, cajas, guitarras y otros instrumentos folclóricos de nuestro pueblo. Al respecto, el padre Cabrera comentó que “en Aguas Calientes, además de las reuniones formales en la capilla, hubo momentos informales con los pobladores en cada almuerzo, en cada mate, siempre dando catequesis, alentando a la comunidad. Compartimos la Eucaristía y la procesión. Allí, Monseñor levantó un corderito a ejemplo del Buen Pastor, que es Jesús”. En Carachi, “celebró Primeras Comuniones, Confirmaciones y Bautismos, también mantuvo encuentros con la gente. Dio la catequesis prebautismal, y en mi caso tuve catequesis con los niños de Comunión y Confirmación”, relató el sacerdote, agregando que exhortó a los pobladores a cuidar la tierra de origen, trabajar y permanecer en ella. Enfatizó en el cuidado y el respeto a la mujer mirando en cada madre y hermana a la Virgen María”. Además, hizo hincapié en la necesidad de cuidar el templo como lugar de encuentro con Dios y con los hermanos. El domingo 22 en horas de la tarde, el Obispo llegó a la comunidad de Corral Blanco, donde celebró los Sacramentos y compartió un momento fraterno con las familias del lugar.