En declaraciones a la web y redes sociales de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Álvarez compartió la sensaciones de ese domingo tan especial junto al pontífice.

"Viví la celebración con mucha alegría por dos motivos. El primero, por el hecho de estar ahí y recibir el ministerio de manos del Papa, que es algo obviamente muy significativo; pero, también, porque fue una linda ocasión, para mí, de afirmar o de sentir o de vivir un poco más también mi comunión con mí diócesis", destacó.

El joven explicó que hace cuatro años que está en Roma y afirmó que se mantiene en contacto con amigos de parroquia y de la diócesis y, de vez en cuando, colabora en algún servicio.

"Esta fue para mí una ocasión muy linda de sentir el cariño y la oración de un montón de personas, y no sólo de los más cercanos, sino también de otras personas de la diócesis, que quizás conozco más o menos. Así que eso fue, para mí, muy significativo también", subrayó.

"En lo personal, en cuanto al ministerio, es para mí una alegría también porque yo estudio la Biblia como algo más académico, por la facultad; además, si bien siempre trato de que, en cualquier actividad pastoral que pueda tener, obviamente tener presente e involucrar la Biblia, también, en algunos cursos o charlas, darle como un marco de institucionalidad, que es algo que también me gusta".

En relación con lo institucional, afirmó que espera que su formación no sea sólo académica y haya "una pata institucional o de reconocimiento a eso, siempre en pos del servicio".

"No cambia mucho en la práctica a lo que estaba haciendo, pero sí es, en el fondo, un signo o un compromiso renovado o asumido nuevamente de mí parte", valoró, y reiteró su alegría por reafirmar ese compromiso con la Palabra en la Iglesia.

"Le estoy muy agradecido a la Iglesia, y también con mucha alegría por la vivencia de la comunión a la distancia, pero que se sintió realmente muy fuerte", concluyó.