"La situación es crítica y es la primera vez que nos enfrentamos a una emergencia de esta magnitud. La situación es apocalíptica, pero no nos detenemos ni avanzamos para ayudar a todas las personas que lo necesitan", subraya Rita Rhayem. "Hay muchos muertos y muchos heridos y, desde el punto de vista de la salud, es probable que el panorama se deteriore rápidamente debido a los efectos de los gases tóxicos. Caritas Líbano se está preparando para esta eventualidad, pero nuestros centros de salud no tienen medios para hacer frente a tal eventualidad y las operaciones de rescate se hacen aún más difíciles por la falta de electricidad".
La sede de Caritas Líbano también fue gravemente dañada por la explosión. Providencialmente, la oficina había cerrado justo antes del trágico incidente, por lo que nadie del personal resultó herido.
"Desde las 18:00 de ayer, el país se ha detenido y estamos viviendo una pesadilla - dice el presidente de Caritas Líbano, el Padre Michel Abboud - No tenemos nada para ayudar a la población. Beirut está devastada y estamos totalmente abrumados por la magnitud de los acontecimientos".
"Nuestros voluntarios se movilizaron inmediatamente para identificar y asistir a los heridos, que son recibidos en nuestros centros de atención primaria, lamentablemente ya abrumados e increíblemente atestados, así como en los hospitales. Falta todo, incluyendo alimentos para apoyar a la población afectada", añade Rita Rhayem.