Una marcha de bombos, protagonizada
por integrantes de las academias de danzas nativas de Recreo, en el acceso al
sitio, dio la bienvenida a la Madre del Valle y al Beato Esquiú que llegaban
acompañados de promesantes del Este provincial. Entre los que esperaban la
caravana, se encontraban niños vestidos con el sayal franciscano. Desde los
altavoces se anunciaba con júbilo que este acontecimiento histórico tan
esperado se había cumplido, lo que era motivo de alegría para el pueblo, no
sólo de Catamarca sino de todo el país. Una multitud entonaba temas dedicados a
Esquiú y de gratitud a Dios. En este clima llegaron los misachicos, genuina
expresión de la devoción popular, y delegaciones de otros departamentos de
Catamarca y de Córdoba, San Juan, Mendoza, entre otras provincias.
“Hola, ¡Viva
Fray Mamerto Esquiú!”, exclamó Doña Jovita, esa simpática y famosa anciana
cordobesa que interpreta el actor José Luis Serrano. “Como si me hubiera enviado (el Cura Brochero) el Santo nuestro: si usted cruza de tras
las sierras, orillando por Cruz del Eje, Deán Funes, Quilino, llegándose hasta
Recreo para apersonarse en El Suncho, me le da un abrazo inmenso a Fray Mamerto
Esquiú. Yo me figuro eso”, dijo y explicó cómo ella se figura situaciones.
Después se refirió a este tiempo de pandemia y cantó a la Esperanza.
Más adelante se centró en Esquiú que
es “un regalo para la patria”,
sostuvo. “Que un prócer también sea
santo, y si se empieza a hurgar y buscar los fundamentos de los mensajes que ha
‘dejao’ ese chango nacido en Piedra Blanca (…) más que las pilchas
franciscanas, o aparte de las pilchas franciscanas, llega con la Palabra que
hace falta en este desparramo de desencuentros. Por eso Fray Mamerto es
«testimonio de unidad»…”. Así, doña Jovita fue llevando adelante la
animación con cantos y reflexiones sobre las experiencias de estos tiempos de
redes sociales y de pandemia.
En este clima de alegría, hicieron su
ingreso al predio los prelados que iban a celebrar con todo el pueblo la Eucaristía,
con el acompañamiento de la Banda de Música del
Regimiento de Infantería de Montaña 15 de La Rioja, a cargo del capitán
Wilson Leguizamón.
A continuación se presentaron
autosacramentales. Uno, de la parroquia Santa Rosa de Lima -del departamento
del mismo nombre- con danzas y música nativas dedicadas al Padre Esquiú. Después se narraron los últimos momentos de
la vida de nuestro Beato con representaciones escénicas de jóvenes vestidos con
el sayal franciscano. A continuación el equipo militar de paracaidismo del
Ejército Argentino hizo un vuelo de reconocimiento y numerosos paracaidistas se
lanzaron sobre este predio. Las telas de sus paracaídas lucían los colores de
la bandera argentina. Fueron recibidos con aplausos por los presentes. Finalmente
autoridades eclesiásticas y civiles izaron las banderas nacional, provincial y
papal.