El prelado invitó a los asambleístas a dejarse despertar por el Espíritu Santo, adoptando una actitud constante de apertura mental y del corazón para escuchar la llamada del Espíritu Santo asumiendo el reto de aceptar los desafíos que nos propone Aparecida y el mismo Evangelio. Ser una Iglesia en salida es el reto, porque no nos podemos guardar a nosotros mismos, advirtió.
El cardenal inició su reflexión recordando que hace 14 años todos los obispos del continente fueron invitados a participar en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida; convocatoria hecha por el entonces Papa Benedicto XVI. «Discípulos misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos tengan vida» fue el proyecto que surgió de esa convocatoria y hoy una vez más el Espíritu Santo convoca a través del Papa Francisco a la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe; con la firme intención de reiterar el llamado a la misión.
«Todos somos misioneros en salida» es la propuesta de esta Asamblea Eclesial que de acuerdo con el prelado puede entenderse como un nuevo zarandeo del Espíritu Santo. Si bien Aparecida planteó la necesidad de iniciar e impulsar una misión continental, este llamado no fue asumido del todo y para muchos no pasó de ser un texto que terminó en las bibliotecas, olvidando que se trataba de un proyecto del Espíritu Santo.