Han expresado su especial cercanía con “monseñor Rolando Álvarez, obispo presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de Nicaragua, a los sacerdotes, seminaristas y laicos, que se encuentran privados de libertad, exigimos su pronta liberación y normalización de sus actividades pastorales”.
Por otra parte, han invitado “a todos los y las jóvenes a ser constructores de la civilización del amor. A mirar con valentía una nación más justa y más fraterna”, porque “un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más, querer comerse el mundo”.
Justamente cuando “en la sociedad actual proliferan los fanatismos, las lógicas cerradas y la fragmentación social y cultural, un buen político da el primer paso para que resuenen las distintas voces”.
Si bien “las diferencias generan conflictos, la uniformidad genera asfixia y hace que nos fagocitemos culturalmente”, por ello, “no nos resignemos a vivir encerrados en un fragmento de realidad”.
“Exhortamos a los poderes políticos a promover la concordia y el diálogo con la Iglesia y la sociedad”, apuntaron.