A los fieles presentes se unieron muchos otros a través de las transmisiones en vivo por las redes sociales de la Catedral y del Obispado y de los medios de comunicación locales.
Luego de ser colocada en el trono festivo se dio inicio a la Santa Misa, presidida por Mons. Urbanč y concelebrada por el vicario general, padre Julio Murúa; el rector del Santuario mariano, padre Gustavo Flores, y numerosos sacerdotes del clero catamarqueño.
Mons. Urbanč, en su homilía, comenzó recordando el fuerte sismo de 2004 durante el cual recibimos la especial protección de la Virgen del Valle. “¡Qué importante es agradecer! ¡Cuánto nos humaniza y nos ayuda para ser humildes y memoriosos!”, dijo entonces, y agregó citas de distintos autores, entre ellos del monje trapense y teólogo Thomas Merton: «Estar agradecido es reconocer el Amor de Dios en todo lo que nos ha dado, y es que nos lo ha dado todo. Cada aliento un obsequio de Su amor, cada momento de la existencia es una gracia, ya que trae consigo inmensas gracias de parte de Él. De ahí que la gratitud no dé nada por sentado, no se muestre indiferente y esté siempre espabilándose ante una nueva maravilla y a la ponderación de la bondad de Dios. La persona agradecida sabe que Dios es bueno, no porque lo haya oído decir, sino por experiencia. Eso es lo que cambia todo».