El sacerdote del clero tucumano compartió su experiencia en la transmisión de la Buena Noticia a través de estos nuevos instrumentos de comunicación, “samaritaneando, es decir acompañando al hermano herido”, expresó, a ejemplo del samaritano que se compadece del hombre golpeado que encuentra en el camino que relata el Evangelio. Reflexionó acerca de aquello que se debe madurar para ‘samaritanear’, teniendo en cuenta el propósito trascendente de la Iglesia orientado a la gloria de Dios; los valores compartidos, el sentido de pertenencia, la generación de vínculos, la seguridad en uno mismo y la motivación para caminar juntos como Región.