Más de 90 participantes, entre laicos, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos, que
sirven pastoralmente en los Santuarios del Noroeste Argentino, respondieron a esta propuesta de formación y reflexión en torno a la vida de estos lugares de encuentro. En algunas diócesis se reunieron para participar de manera grupal, en tanto otros lo hicieron de manera individual, a través de la plataforma zoom. Las jurisdicciones eclesiásticas de la Región inscriptas fueron las arquidiócesis de Tucumán y Salta, las diócesis de Catamarca, Jujuy, Santiago del Estero, Orán y Concepción de Tucumán, sumándose San Juan de Cuyo. Fueron parte de esta convocatoria Mons. Carlos Sánchez y Mons. Roberto Ferrari, arzobispo y obispo auxiliar de Tucumán, respectivamente; Mons. José Antonio Díaz, obispo de Concepción, y Mons. José María Rossi, obispo emérito de esta última diócesis.
La presentación del encuentro estuvo a cargo del padre Gustavo Flores, rector del Santuario de Nuestra Señora del Valle y Catedral Basílica, de Catamarca, y referente de los Santuarios del NOA, quien dio la bienvenida a los asistentes poniendo en las manos de Dios este encuentro.
Por su parte, Mons. José Antonio Díaz realizó la oración inicial, invitando a “que nuestros Santuarios sean lugares de oración”.
La primera iluminación de la jornada fue responsabilidad de Fray Rubén Sica, del Santuario Virgen de la Peña, quien se refirió a “La oración”, resaltando la necesidad de orar de manera permanente teniendo a Dios en la mente y en el corazón. “Lo más importante de la oración es que me pongo en contacto con alguien, que está rodeando las 24 horas de mi vida y le da sentido. Los santos insistían mucho en tener a Dios en la mente las 24 horas, incluso en el sueño”, dijo. También, entre otros conceptos, afirmó que “las jaculatorias tienen que servir a ese objetivo, de que ese orar sin cesar es un vínculo con ese alguien de quien estoy enamorado, que se llama Dios, ese ser que me trasciende, me sostiene, me ama y le da sentido a toda mi vida, a la misión, a la sinodalidad”.
Luego de la charla, se realizó el trabajo en grupos cuyas conclusiones fueron compartidas en el plenario.
La oración de cierre de este primer día fue guiada por representantes del Santuario del Señor de Mailín de Santiago del Estero, momento en que se realizó una pequeña procesión desde el salón donde se encontraban reunidos hasta el Camarín del Señor de Mailín, llevando las imágenes de la Virgen de Sumampa y de Mama Antula, significando el llamado a ser peregrinos y servidores de la esperanza.
Segunda y última jornada
El sábado 22, luego de la oración inicial, preparada por el Santuario de Huachana, Santiago del Estero, Mons. Roberto Ferrari ofreció la iluminación sobre “El Año Jubilar. La vivencia en los Santuarios”, resaltando aspectos importantes como la peregrinación y la esperanza. En este sentido expresó que “las peregrinaciones, las visitas a los Santuarios, son el lugar propicio para robustecer y fortalecer nuestra esperanza”. Citó algunas conclusiones pastorales surgidas de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe: “Hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias”, en la que dice que “por su piedad, el pueblo sencillo acude al Santuario y recuerda que su origen está en Dios. Y también que el Dios que nos amó muriendo en la cruz, dando la vida, no deja nunca de amarnos y que nos acompaña en el camino de la vida. De manera especial, los santuarios marianos son lugares de misericordia, oración, sanación y esperanza”.
También indicó que “la peregrinación expresa un elemento fundamental de todo acontecimiento jubilar: ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida”. Y pidió “que en este Año Jubilar los Santuarios sean lugares de reconciliación y esperanza, de serenidad, de consuelo, de comprender el extraordinario valor de la vida”.
Citando al Papa Francisco manifestó que “la oración que se hace en los Santuarios hace que los Santuarios sean lugares fecundos para que la piedad del pueblo sea siempre alimentada y crezca en el conocimiento del amor de Dios… La oración abre la puerta a la esperanza”.
Después del trabajo en grupos y el plenario, se concluyó esta segunda y última jornada con la celebración en torno a la Palabra de Dios desde el Camarín de la Virgen del Valle de Catamarca, Patrona del NOA.
El padre Flores exhortó a que “junto a la Madre de Jesús permanezcamos en oración, que la oración sea nuestra luz, el alimento de nuestra vida, que nos anime y nos motive a vivir cada día mejor el servicio, para caminar con el hermano y renovar la esperanza”. Rogó que la Virgen María “sea nuestra esperanza, que nos guíe para que seamos también signos de esperanza para tantos hermanos que llegan a nuestros Santuarios, desanimados porque están pasando por un momento difícil, para que el Señor renueve la vida, la fe, y les conceda las gracias que necesitan. Colocamos esta súplica en las manos entreabiertas de Nuestra Madre la Virgen del Valle".