En el boletín emitido anoche se informaba de que el estado clínico del Papa «permanecía estable». El día anterior había presentado una crisis aislada de broncoespasmo. Este episodio no se ha repetido. El Pontífice, informó el comunicado médico, alternó la ventilación mecánica no invasiva con largos periodos de oxigenoterapia de alto flujo, manteniendo siempre una buena respuesta al intercambio gaseoso. Apirético, Francisco no presentaba leucocitosis y sus parámetros hemodinámicos eran siempre estables; seguía alimentándose por sí mismo y realizaba regularmente fisioterapia respiratoria, «colaborando activamente». Vigilante y orientado, el Papa Francisco recibió ayer la Eucaristía y rezó durante unos veinte minutos en la capilla.