La iniciativa de la Iglesia puertorriqueña, responde al llamado que hiciera el Papa Francisco a través de la Carta Apostólica Antiquum Ministerium, del 10 de mayo de 2021, donde se reconoce el peso histórico y pastoral del ministerio del catequista como vocación propia y específica dentro de la Iglesia.
“Es tarea de los pastores apoyar este itinerario y enriquecer la vida de la comunidad con el reconocimiento de ministerios laicales capaces de contribuir a la transformación de la sociedad”, señala el motu proprio escrito por el Santo Padre.
La puesta en marcha de esta institucionalización, permitirá que los catequistas en Puerto Rico ya no sean considerados únicamente como colaboradores, sino como ministros laicales con una misión pública y estable en la Iglesia. El decreto episcopal determina lineamientos claros para su implementación en todas las diócesis del país, entre ellos: el perfil del catequista, los requisitos mínimos de formación, las funciones asignadas y el proceso litúrgico mediante el cual serán instituidos por los obispos diocesanos.
En el decreto y su anexo, se detallan los requisitos, funciones y el proceso de formación para quienes sientan este llamado y deseen servir en sus diócesis. Además, el período de discernimiento ofrecerá una formación humana, comunitaria, espiritual, doctrinal, teológica y pastoral-misionera, para que los candidatos al ministerio puedan asumir responsablemente la misión que Dios quiere confiarles.
La CEP presenta esta iniciativa con esperanza, reconociendo el valor del compromiso de muchos hombres y mujeres que, desde su bautismo, se han dedicado generosamente a la catequesis, al acompañamiento misionero y a la formación de comunidades. La implementación de este ministerio va de la mano del camino sinodal que la Iglesia universal propone, asumiendo una corresponsabilidad donde los ministerios laicales son vistos como expresión concreta de una Iglesia en salida.
Con esta decisión, la Iglesia puertorriqueña se une a otras conferencias episcopales que han asumido el desafío de implementar este ministerio instituido, creando nuevos procesos de formación y envío que respalden la misión evangelizadora de los laicos en sus iglesias particulares.