Ella nació en Parera, un pequeño pueblo en la provincia de La Pampa, centro de Argentina. Desde pequeña creció en su hogar cantando y escuchando música. Estudió piano, guitarra y danzas españolas.
En cuanto al papel de los católicos en tiempos de sinodalidad, Lily ha dicho a ADN Celam que «debemos continuar siendo puentes al acercar el mensaje de Dios a las personas, y desde ahí podemos tomar protagonismo como nexo en lo que nuestra Iglesia necesita».
Además ha destacado que en ese rol un ministerio y no es sólo un servicio musical, también «podemos dar un testimonio que atraiga al modo en que Jesús nos invitó a vivir en este mundo, irrumpiendo en la cultura actual para transmitir su mensaje de alegría y esperanza»
La cantante argentina asegura que tiempos cuando «las noticias malas» abundan «debemos ser más las voces que nos levantemos anunciando la Gran Buena Noticia».
Por eso no ha dudado en participar del concierto, porque «la Navidad abraza a todos porque viene quien puede sanarnos, liberarnos y salvarnos con su ternura y amor».
«Nuestra Iglesia en todos sus ámbitos, comunica la llegada del pequeño Niño Dios entre nosotros, y nos alegra acompañarlos y ser parte», ha agregado.
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Lily envía su mensaje a todo el pueblo fiel de Dios: «Vivimos a gran velocidad, nuestros tiempos están llenos de mucha ansiedad, yendo a todos lados con miedo a detenernos, porque podemos ver lo que nos rodea y no nos gusta de esa realidad o de nosotros mismos».
Por tanto, «eso nos sumerge en un gran vacío, porque nos conecta con lo urgente pero lo importante de la vida se nos pasa de largo».
Para Lily «es necesario detenernos y abrirle nuestro corazón al Señor sin importar como esté, así pequeño, limitado, defectuoso, débil. Así Dios lo quiere, porque ahí, en ese pesebre pobre quiere nacer, allí quiere hacer algo nuevo, en ese pequeño pesebre quiere manifestar todo su poder».
«Abramos nuestro corazón de par en par, dejémonos transformar en ‘pesebres vivientes‘ que contagien al mundo la alegría, la esperanza y la paz», apuntó.