Su padre le encontró un trabajo en las cercanías de Boulogne y después lo envió a París a trabajar para un comerciante amigo suyo. El ambiente que encontró en París no le gustaba a Nicolás. Así, después de volver a Boulogne, manifestó a su padre el deseo de seguir a sus maestros.
El 25 de marzo de 1767 entró en el noviciado de Saint-Yoin, en Rouen. Pronunció los votos en 1769 y en septiembre de 1770 fue enviado a enseñar a Maréville. Hizo la profesión perpetua en 1772.
En 1777 fue nombrado "procurador" de aquella casa que, entre la escuela, los alumnos internos, las personas que recibían formación y un sector para casos difíciles enviados por el tribunal, llegaba a contar cerca de 1000 personas. En 1787 participó en el capítulo general, siendo nombrado secretario del mismo. Al terminar los trabajos capitulares fue llamado a desempeñar la misma función a las órdenes directas del superior general.
En 1791, en mitad de los años turbulentos de la revolución, los Hermanos fueron obligados a abandonar sus casas. El Hermano Salomón se vistió de civil con la esperanza de pasar inobservado, y se quedó a custodiar la casa donde estaba el consejo general de la congregación.
El 15 de agosto de 1792, los guardias invadieron la casa de la rue Neueve, lo arrestaron y lo condujeron al convento, transformado en prisión, de los carmelitas de la rue Vaugirard. El 2 de septiembre fue ajusticiado en los escalones del jardín interno del convento por haberse negado a jurar fidelidad a la Constitución civil del clero.
El Hermano Salomón, junto a otros 190 compañeros mártires, fue beatificado por el Papa Pio XI, el 17 de octubre de 1926