En su homilía, Fr. Julio Bunader destacó que “estamos celebrando el Domingo del Buen Pastor, Domingo de Pascua, donde Jesucristo es el Señor de nuestra historia, el Buen Pastor. Y en este día celebramos el nacimiento del Beato Mamerto Esquiú y Medina. En este lugar se unen estos dos acontecimientos”. Por ello, invitó a “rezar por las vocaciones, no solamente a la vida sacerdotal y consagrada. La vida en la Iglesia es una vocación a la vida cristiana, y tenemos que pedirle al Señor como gracia y don para hoy y para todos los pueblos y naciones. El Señor sigue animándonos y ayudándonos a rezar, a tener confianza en que Él da hermanos y hermanas que quieran vivir el Evangelio de Jesucristo como vocación de vida y de misión. Tanto en la vida sacerdotal, la vida religiosa, consagrada masculina y femenina, en la vida del matrimonio, en la vida de tantos que dan la vida en la misión por el Evangelio”.
“El Señor es quien guía las vocaciones y llama a esta vocación. Y en este contexto creo que nos viene muy bien recordar el Evangelio de hoy: ‘Las ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco, y ellas me siguen’. Escuchar la voz del Señor, dejar un espacio en nuestro tiempo, en nuestro cotidiano vivir para hacer silencio del ritmo ordinario, para escuchar, para escucharnos y para escuchar a Dios, hacer silencio. Es el silencio que habla desde el silencio del Señor en lo más profundo de nuestro corazón”, afirmó.