Organizada por la Universidad Católica Argentina, la Pontificia Academia para la Vida y la Fundación Memorial Papa Francisco, en la jornada se abordó la importancia de una ecología integral y el desafío de la inteligencia artificial.
Tras la proyección de un video producido por Infobae, monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, y el Dr. Ricardo Lorenzetti, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, reflexionaron sobre la temática del encuentro.
"Los hombres y las mujeres tienen el poder de destruirnos a nosotros y al planeta", sostuvo monseñor Paglia, quien tras referirse a la creación de la bomba atómica y al desastre climático, recordó que en 2015 "los gobiernos del mundo se reunieron en París para decidir responsablemente sobre el cuidado del ambiente".
"Las tecnologías emergentes y convergentes pueden transformar radicalmente al ser humano", dijo y advirtió que "el hiperindividualismo destruye a la sociedad".
En ese sentido, apuntó: "Para mí el desarrollo humano es parte de la riqueza del hombre y de la mujer. Por eso tenemos que mirar con una actitud positiva esta elaboración. El problema no es la técnica, el problema es el hombre y cómo usa esa técnica. El problema no es la inteligencia artificial, sino nuestra inteligencia natural".
"Los peligros más grandes hoy son la destrucción de la responsabilidad global y la individualización de la vida", aseguró y resaltó que, por esa razón, son importantes la ética y la fe para mantener una perspectiva positiva.
Lorenzetti destaca el valor de los documentos de Francisco
Seguidamente, el Dr. Lorenzetti remarcó la presencia de distintos representantes del Poder Judicial entre el público, destacó el llamado del papa Francisco a dialogar para construir una inteligencia artificial al servicio de la humanidad (algor-ética) y sostuvo que Laudato si' ofrece una reflexión social que no pierde actualidad. "Son documentos dirigidos a la humanidad, es decir, trascienden lo propio de la Iglesia", indicó.
"Están enfocados en los problemas reales y concretos de la humanidad. Hablar de las cosas nuevas es hablar de los temas concretos de las personas que habitan este planeta. De otra forma, no produciríamos mejoras en la sociedad", sostuvo.
"La inteligencia artificial plantea un nuevo desafío. Hace cincuenta años, en la conferencia de Estocolmo, empezamos a ver los problemas de la acción humana sobre la naturaleza. Pero ahora empezamos a ver los problemas de la acción humana sobre el humano, que son inmensos. Por supuesto que hay grandes beneficios, pero tenemos que hacer una reflexión crítica sobre las consecuencias no previstas y adversas. El avance científico puede ir acompañado de un retroceso moral", sentenció.
"Hay modelos de IA que son emociones artificiales. Se empieza a diluir la frontera de lo humano. Tenemos lo social, lo ambiental, la inteligencia y las emociones artificiales. Todo esto puede ser beneficioso, pero ¿con qué manos y con qué intenciones? Porque también puede ocurrir lo contrario", anunció y concluyó: "Hoy la alianza y la influencia de la tecnología con los gobiernos autoritarios están planteando graves problemas en las democracias. Ahí es donde hay que defender el estado de derecho".
El cuidado del planeta es ético, no estético
"La UCA es conocida como la universidad del papa Francisco. Por eso es el lugar preciso y precioso para recordar este documento, donde los saberes se entrecruzan y las teorías se convierten en acciones concretas", dijo el presbítero Lic. Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la UCA.
Revello advirtió que el cuidado del planeta no es "estético", sino "ético". "Cuando la Tierra no se cuida o los bienes se derrochan, se fomenta la pobreza", apuntó. Luego se refirió a la inteligencia artificial y el debate ético que despliega su "enorme potencialidad".
IA: ¿amenaza u oportunidad para un futuro sostenible?
El panel, moderado por la periodista Paula Guardia Bourdin, fue abierto por Tomás Balmaceda, periodista y doctor en Filosofía (UDESA-UBA). "Como nunca antes en la historia, el destino nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo'. Con estas palabras, Francisco nos invitaba hace diez años a repensar nuestro vínculo con la Tierra, pero también como nosotros mismos y los demás", comenzó.
"Este llamado hoy tiene una fuerza renovada, no solo porque la crisis climática se agrava, sino por la irrupción de nuevas tecnologías: la inteligencia artificial, que se presenta a nosotros como una promesa y una amenaza, como una herramienta y un dilema. ¿Puede ser parte la inteligencia artificial de un futuro sostenible o estamos abriendo la puerta a una nueva forma de colonización del humano? En Laudato si', el Papa alerta contra el avance de lo que llama el paradigma tecnocrático", continuó. "Esta nueva inteligencia, que es humana y que es artificial, tiene que estar al servicio de lo que realmente importa", cerró.
A su turno, Ana Clara Pérez Cotten, periodista y consultora, recordó que se cumplió un mes desde la muerte de Francisco e invitó a pensar sobre el paso del tiempo: "En Laudato si', hay un tratamiento muy interesante de la temporalidad. Por un lado, por la claridad argumental que tiene. Pero además tiene una mirada muy adelantada para su tiempo".
"¿Cómo aminorar la marcha?", apuntó y respondió: "La consigna más urgente es renunciar a dominar para volver a cuidar, detenernos no para frenar el progreso, sino para preguntarnos qué futuro queremos en la casa que compartimos".
Homilías con IA
Luego, el presbítero Máximo Jurcinovic, director de la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, compartió que cuando les consultó a los párrocos quiénes usaban la inteligencia artificial (IA) para armar sus homilías, cuatro de cinco dijeron que sí.
"La pregunta de si la IA será una aliada del desarrollo humano sostenible o una fuente de desigualdad nos la tenemos que hacer. Me parece que puede profundizar las brechas existentes", añadió. También mencionó la amenaza de que destruya vínculos humanos y problematizó sobre el impacto en el ambiente que puede tener la IA al requerir una determinada estructura energética para funcionar.
"La inteligencia artificial cuesta energía y cuesta entropía", dijo por su parte el neurocientífico Mariano Sigman. "Uno no está pensando que, cuando está pensando, está ensuciando el mundo. Sin embargo, si se industrializa en algo que externaliza nuestra propia inteligencia, eso aparece. El costo en agua, en energía y en suministros para producir inteligencia se vuelve evidente".
"Uno le pide a la IA que le resuelva algo, la IA lo resuelve, y uno no tiene ningún registro de que eso cuesta. Pero del otro lado del mostrador hay una máquina eléctrica que consume energía, y esa energía produce todo tipo de residuos. Se tiene la idea de costo cero. Pero no es gratis. ¿Quién paga? Un usuario que da datos y un planeta que se ensucia cada vez más", dijo y concluyó: "Tendríamos que pensar en una ecología del pensamiento".
Por último, Rebeca Hwang, docente de Emprendimiento Tecnológico en la Universidad de Stanford, habló desde la ciudad de San Francisco sobre la posibilidad de que cualquier actividad cognitiva del ser humano se pueda hacer a través de una máquina "a nivel similar o superior".
"Esto habla de un nuevo ecosistema, donde ahora hay seres humanos amplificados por la inteligencia artificial", afirmó y agregó: "Vemos que hay un efecto y un costo ecológico cuando usamos la IA. Estamos usando diez veces más la cantidad de energía que gastamos si consultáramos en Google". También advirtió que con el uso de IA "se atrofia la capacidad cerebral" y se refirió a los nuevos modelos de negocios a partir de la innovación tecnológica.
Panel interreligioso
Luego de una breve introducción de la periodista Paula Guardia Bourdin, se desarrolló el panel "La ecología integral-Diálogo interreligioso y compromiso climático: la vigencia y el mandato de Laudato si'".
En primer lugar, el párroco Guillermo Marcó, cofundador del Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI) y creador de la oficina de prensa del Arzobispado de Buenos Aires, compartió su inquietud sobre la relación entre la inteligencia artificial y los sentimientos de soledad: "Le pregunté a la inteligencia artificial, en este tiempo de hiperconectividad, si mucha gente lo usaba para no sentirse sola. Y me contestó que creía que sí".
"Es parte de la epidemia de la que hablaba Francisco en Laudato si', donde habla de ecología integral y del mundo como el lugar en el que habitamos. Me llama la atención el tema de las miradas, cómo miramos el mundo y usamos la tecnología para paliar la epidemia de la soledad", continuó.
Desde Brasil, el rabino Daniel Goldman, también cofundador del IDI, señaló que "no hay duda de que es necesario que la curación de la Tierra se transforme en una de las metas humanas más importantes". Más información, en www.uca.edu.ar y redes sociales.+