También, entre otros conceptos, aseveró que “otro elemento importante es tener fe para aceptarlo a Jesús”.

Hacia el final manifestó que “en este Año Jubilar podemos recibir la indulgencia plenaria, es decir, borrón y cuenta nueva de todas las penas, castigos que merecemos por los pecados cometidos. Por eso, este año han conseguido dos propósitos: por un lado, el Sacramento de la Confirmación para los chicos que culminan la Iniciación Cristiana; y, por otro lado, participar de la gracia propia del Año Jubilar en el que estamos recordando los 2025 años del Nacimiento del Redentor, del Salvador del mundo, quien le da sentido a nuestra vida. Gracias a Él que murió y resucitó, estamos acá, porque Cristo es el Hijo de Dios que vino al mundo de las purísimas entrañas de María y nos ha regalado el don de la fe y nos regala el Espíritu Santo que nos permite profundizar y afianzar esta fe, y, sobre todo, para que tengamos el coraje, el valor, la lucidez de anunciar y de ser testigos de Jesucristo”.
Concluida la predicación, se procedió a ungir la frente de los confirmandos con el aceite sagrado, mientras la asamblea entonaba cánticos de alabanza al Espíritu Santo, que llegaba a cada uno de ellos con sus siete dones.

Luego de la Comunión y del canto a Nuestra Madre del Valle, el párroco agradeció al rector del Santuario Catedral y a sus capellanes, quienes abrieron las puertas de la Casa de la Virgen para vivir esta celebración; como también a los catequistas, a los papás y padrinos por su colaboración.
Además, dio gracias a Dios porque más de 500 niños, adolescentes, jóvenes y adultos han recibido por primera vez a Jesús Sacramentado y el Sacramento de la Confirmación con el Espíritu Santo durante este año.