El mensaje, fechado el 28 de octubre de 2025, se abre con las palabras del Evangelio de Mateo: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9).
“Hoy vivimos un día muy difícil en Río de Janeiro. Con profundo dolor, seguimos los trágicos sucesos de hoy, en los que se han perdido tantas vidas”, escribió el Cardenal Tempesta. “La violencia y el miedo han herido el corazón de nuestra ciudad y han arrebatado la paz a muchos hogares”, añadió, conmovido por los acontecimientos que han generado conmoción nacional e internacional.
El arzobispo no dudó en reafirmar con claridad la posición de la Iglesia frente a la violencia: “La vida y la dignidad humana son valores absolutos. La vida humana es un don sagrado de Dios y siempre debe ser defendida y preservada”.
El cardenal ofreció sus oraciones “a las familias que lloran la pérdida de sus seres queridos” y pidió que “Cristo, Príncipe de la Paz, envuelva con su ternura cada corazón afligido, restaure la esperanza y haga brotar, incluso en medio de las lágrimas, la certeza de que el amor es más fuerte que la muerte”.
También invocó a Cristo para que Él “transforme el dolor en fe y la añoranza en semillas de nueva vida”.
El arzobispo Tempesta dirigió un fuerte llamado a la sociedad para asumir la responsabilidad de reconstruir la paz social desde la raíz: “Como discípulos de Cristo, estamos llamados a construir la paz, a vencer el odio, la venganza y la indiferencia que corroen el tejido social”.
Pidió “unir fuerzas por la reconciliación, el respeto mutuo y, sobre todo, por la protección de la vida, la promoción de la justicia y la construcción de una sociedad pacífica que promueva la dignidad de toda persona, especialmente de las más pobres y vulnerables”.
En medio del caos y la indignación social, el Card. Tempesta reiteró su confianza en el poder del bien: “Aun ante el caos, creo firmemente que el amor y la bondad son más fuertes que cualquier violencia. Les pido a todos que sean instrumentos de esta paz”.
Advirtió sobre el peligro de responder al mal con más odio o indiferencia: “No podemos alimentar el odio ni responder con indiferencia”.
Recordó que Río de Janeiro “nació con vocación de alegría y hospitalidad” y exhortó a sus habitantes a “devolver a nuestra ciudad el brillo de la paz y la fuerza de la fraternidad”.
En un gesto de cariño hacia su pueblo, citó el himno de la ciudad: “Que Dios te cubra de felicidad — Nido de sueños y luz”. El purpurado invitó a la oración y a la acción por la paz: “Invito a todos a permanecer firmes en la oración y en la construcción de la paz. Que nuestras palabras y acciones sean semillas de reconciliación, y que cada gesto de amor sea un paso hacia una ciudad más fraterna y justa”.
El Card. Orani Tempesta pidió al Señor que “transforme nuestros corazones, sane las heridas de la violencia y nos haga instrumentos de su paz”.
Confió a la intercesión de la Virgen María: “Que María, Reina de la Paz, interceda por nuestra ciudad, por nuestras autoridades y por todas las familias afectadas por la tragedia de hoy”.
“Invoco la bendición de Dios sobre todos, como signo de esperanza y consuelo en este momento de dolor”, expresó al finalizar su mensaje.
Por su parte, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) manifestó su comunión y solidaridad con el cardenal Orani João Tempesta, tras los graves episodios de violencia ocurridos en la ciudad. En un comunicado difundido este martes, la presidencia de la CNBB expresó: “Nos unimos en oración con las comunidades afectadas y con todos aquellos que sufren las consecuencias de este trágico suceso”.
Los obispos reafirmaron, junto al cardenal Tempesta, que “la vida y la dignidad humana son dones sagrados de Dios, y la paz siempre debe ser buscada y promovida por todos”.
Los obispos alientan a la esperanza y a la responsabilidad compartida: “Pedimos a Cristo, Príncipe de la Paz, que fortalezca al pueblo de Río de Janeiro e inspire a las autoridades a trabajar por la justicia, la reconciliación y la superación de la violencia. Que María, Reina de la Paz, interceda por todos y nos ayude a construir una sociedad más fraterna y segura”.



