El encuentro tiene prevista la participación de 110 participantes provenientes de 32 países, incluyendo por primera vez delegados de regiones fuera de América Latina, como Estados Unidos, Francia, Afganistán, Sudáfrica, España, Francia, Italia, Marruecos, Bélgica, Etiopía, Ucrania, Bangladés, Líbano, Zambia y Tailandia. Contará con tres momentos clave: la sesión estatutaria de la Asamblea de la Red Clamor, el seminario Migrared (organizado junto con Cáritas Internacional y la Red RAHEM de África) y la celebración de la 110.ª Jornada Mundial del Migrante y Refugiado. Este conjunto de actividades busca fortalecer el compromiso de la Iglesia en acoger, proteger, promover e integrar a migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de trata de personas. Una Iglesia Sinodal Entre sus objetivos destaca el «profundizar la opción de caminar juntos, como expresión de una Iglesia Sinodal, samaritana; compartir buenas prácticas de organizaciones de la Iglesia católica de los cinco continentes que tienen trabajo pastoral con personas en movilidad forzada», explicó Elvy Monzant, secretario ejecutivo de Clamor. De igual manera, señaló que analizarán el contexto migratorio latinoamericano y mundial identificando los principales clamores del pueblo migrante como también evaluarán la marcha de la Red Clamor para hacer el plan operativo 2025; fortalecer el trabajo en Red de cada continente y promover una Red de redes a nivel mundial; reflexionar sobre el aporte al proceso de Cartagena +40 y otros espacios de incidencia política en los participa la Red. Y por supuesto, festejar juntos la 110.ª Jornada Mundial de Migrante y el Refugiado, que se celebrará el 29 de septiembre, en la conclusión de la Asamblea, y que ya cuenta con el Mensaje del Papa Francisco, titulada “Dios camina con su pueblo”. Una Iglesia en Salida La Asamblea tiene un marcado espíritu sinodal y de comunión, destacando la frase del Papa Francisco: “Es un viaje que hay que hacer juntos, superando todo obstáculo para llegar a la verdadera patria”. A lo largo del encuentro, se desarrollarán espacios de reflexión, testimonio y trabajo en grupo que permitirán visibilizar los desafíos y las esperanzas del fenómeno migratorio, tanto en América Latina como en el resto del mundo. Las jornadas incluirán mesas redondas con obispos de frontera, paneles de expertos en migración, y la presentación de informes sobre el trabajo de la Red Clamor. Además de contar con las intervenciones de sobrevivientes de trata y migrantes que compartirán sus experiencias de lucha y superación. También compartirán otras Redes como la Raemh de África y Europa y Coatnet (Red contra la Trata). Caminando juntos Dentro de la agenda se tiene previsto el Encuentro Internacional sobre Migración y Asilo, titulado “Cartagena +40 Caminando Juntos con las Personas Migrantes, Refugiadas y Desplazadas en una Iglesia Sinodal y en Salida”, a cargo de Migrared y la Red Clamor, un espacio que abordará la protección internacional de los refugiados y flujos migratorios mixtos. Durante el encuentro se desarrollarán conferencias, mesas redondas y trabajo en grupo, en los que se tratarán temas clave como la protección internacional de los refugiados, la integración de las personas desplazadas y los retos que plantean las crisis humanitarias prolongadas. Expertos y testimonios de diversas regiones aportarán una visión integral de los flujos migratorios en América Latina y el Caribe, junto con otros territorios afectados por desplazamientos forzados, como Venezuela y Haití. Oración El encuentro también prevé momentos intensos de oración y eucaristías; uno de los momentos fuertes será el Rosario por las víctimas y supervivientes de la trata de seres humanos. A continuación, compartimos la oración del Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2024, esperando acompañar en oración a todos aquellos que han tenido que abandonar su tierra en busca de condiciones de vida dignas: Dios, Padre todopoderoso, somos tu Iglesia peregrina que camina hacia el Reino de los Cielos. Cada uno de nosotros habita en su propia patria, pero como si fuéramos extranjeros. Toda región extranjera es nuestra patria, sin embargo, toda patria es para nosotros tierra extranjera. Vivimos aquí en la tierra, pero tenemos nuestra ciudadanía en el cielo. No permitas que nos constituyamos en amos de la porción del mundo que nos has dado como hogar temporal. Ayúdanos a no dejar nunca de caminar junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes hacia la morada eterna que tú nos has preparado. Abre nuestros ojos y nuestro corazón para que cada encuentro con los necesitados se convierta también en un encuentro con Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén.