Muchas veces se ha hablado de la necesidad de la apropiación de la sinodalidad y su documento final —magisterio pontificio— en las Iglesias locales. Así lo explicó el cardenal Grech: «las Iglesias locales y las agrupaciones de Iglesias», deben asumir el compromiso de «poner en práctica» las indicaciones de ese documento, a través de procesos de «discernimiento y decisión».
En la Carta se señala ese camino que arribará a la Asamblea Eclesial en octubre del año 2028, trayecto durante el cual “la Secretaría General del Sínodo se compromete a acompañar y apoyar a las Iglesias”:
La carta reforzó un aspecto puntual: la fase de aplicación del documento en su bajada a las comunidades locales a través de los equipos sinodales locales:
“Es de fundamental importancia garantizar que la fase de aplicación sea ocasión para involucrar nuevamente a las personas que ya han contribuido y para devolver los frutos de la escucha de todas las Iglesias y del discernimiento de los Pastores en la Asamblea sinodal: de este modo continuará el diálogo ya iniciado en la fase de escucha.
”El proceso se valdrá del trabajo de los equipos sinodales formados por presbíteros, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas, acompañados por su obispo: los equipos sinodales son instrumentos fundamentales para acompañar de manera ordinaria la vida sinodal de las Iglesias locales.
”Por esta razón, los equipos existentes deben ser reforzados y eventualmente renovados, y los equipos suspendidos deben ser reactivados y debidamente integrados. Este proceso ofrecerá también a las Diócesis que hasta ahora han invertido menos en el camino sinodal, la oportunidad de recuperar los pasos aún no dados y de formar, a su vez, equipos sinodales”.
“Cobra especial relevancia la convocatoria del Jubileo de los equipos sinodales y de los órganos de participación, que tendrá lugar del 24 al 26 de octubre de 2025. Se trata de una cita importante para reconocer el valor de estos organismos y de las personas que prestan su servicio en ellos, inscribiendo así el compromiso con la construcción de una Iglesia cada vez más sinodal en el horizonte de la esperanza que no defrauda que celebramos en el Jubileo”, destaca la Carta con la exactitud de la fecha.
“Sin el impulso de los Obispos diocesanos y eparquiales, un proceso como el aquí esbozado no sería siquiera imaginable. Desde ahora, por tanto, deseo agradecer a usted, a sus colaboradores y a su equipo sinodal su empeño por llevar adelante un proceso particularmente cercano al corazón del Santo Padre, por cuya salud rezamos todos juntos en estas semanas”, finaliza este texto en el que prevalece el tono de la propuesta esperanzada en el trabajo realizado en el periodo 2021-2024 del Sínodo de la Sinodalidad, en su documento final con valor magisterial y la puesta en marcha nuevamente de esos equipos que se pusieron al hombro en cada país y en cada comunidad la posibilidad de abrirse y profundizar la sinodalidad multidimensional a la que nos invita el Papa Francisco, hoy internado en el Hospital Gemelli y mejorando de su neumonía bilateral, consecuente con su sueño de una Iglesia sinodal y en salida hacia las periferias.