“Tenemos que seguir fortaleciendo los vínculos, y el trabajo genera vínculos estrechos, y construir esta Casa de Dios y donde se reúnen los hijos de Dios, es muy importante dentro del Servicio Penitenciario”, consideró.
Agradeció “a todos los que de una u otra manera han cooperado para que esto sea una realidad”, y pidió a San Maximiliano Kolbe “para que desde el Cielo siga animando a todos los que prestan un servicio, pero sobre todo para que cada uno de los internos pueda, a partir del encuentro con Dios, ir sanando las heridas en sus corazones; que puedan ir reconciliándose consigo mismos, con la familia y la sociedad, y que esa anhelada reinserción en la sociedad sea muy provechosa”. Para ello, “es muy importante la oración, el silencio, la meditación, la participación en los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación, para que el Señor pueda entrar con su gracia y sanar el corazón”, afirmó.
Valoró la tarea del padre Dardo, “quien con mucho entusiasmo, tesón y dedicación acompaña este proceso espiritual acá”, a partir de la conformación de la Pastoral Carcelaria, de la que participan personal e internos, y destacó que “hasta tenemos pabellones dedicados a esta tarea pastoral”, por eso “es muy bueno animar, alentar esta tarea”.
Asimismo, señaló la que “la misma comunidad parroquial va haciendo un camino de descubrir cuál es el sentido de prestar un servicio a los hermanos que están privados de la libertad cumpliendo una pena. Es importante que se sepa que hay un trabajo serio, sostenido, hecho con mucho amor, para que todos puedan ir tomando conciencia de la importancia que tiene la dimensión espiritual en la vida humana; y aquí de un modo particular”.
Finalmente anheló “que la bendición de este templo ayude cada vez más a que el Servicio Penitenciario pueda prestar el servicio a la sociedad que todos anhelamos”.
Las instancias del acto fueron seguidas por la comunidad carcelaria a través de la transmisión en vivo de la radio de la Pastoral Carcelaria.