Durante su intervención, el Cardenal Álvaro Ramazzini hizo un recorrido sobre la etimología de las palabras “terrícola” y “globalizar”, para motivar a revaloriza lo que tal vez muchas veces de modo inconsciente no hacemos: “Valorizar el sentido de nuestra humanidad, todos y todas somos humanos”, y de esta manera, reconocernos como habitantes de un mismo planeta, más allá de las fronteras y diferencias.
“Eres un ser humano que no puedes absolutamente quedar al margen de lo que sucede en este hermoso planeta, de lo que sucede hoy a nivel de humanidad. Tal vez esa es la crisis más profunda que hoy vive en las sociedades actuales, la crisis de no considerarnos seres, personas que compartimos el mismo planeta, que respiramos el mismo aire, que debemos la misma agua. Hemos perdido realmente el sentido de humanidad”, señaló el prelado, recordando que no es posible olvidar que “fuimos creados a imagen y semejanza de Dios”.
El también presidente de la Red Clamor alentó a entender que “no importa de qué raza seas, no importa de qué nación seas, no importa, todos y todas somos hermanos y hermanas”. Y también motivó a los participantes del encuentro a reafirmar la conciencia de que “somos habitantes de este planeta hermoso”.
Monseñor José Domingo Ulloa resaltó que uno de los grandes objetivos de estos encuentros es permitir a los participantes reflexionar sobre la realidad en la que cada uno de nosotros vivimos, una realidad de violencia, maltrato e injusticia, donde no se debe olvidar la visión de fe, de “reconocer que todo lo que yo hago, lo hago precisamente, desde haber tenido una experiencia de Dios”.
El obispo dijo que se debe partir del encuentro personal con Dios para descubrir el rostro de Dios en medio de la dura realidad. Aseguró que el encuentro también nos ayuda a sanar heridas y “no olvidar que somos terrícolas heridos que necesitamos ser sanados, para que nunca perdamos la visión de la misión nuestra en esta tarea, y también, purificar a lo interno y a lo externo de la Iglesia”.
“No es que a mí me guste trabajar con los pobres, es que el trabajo con los pobres es lo esencial del ser cristiano”, remarcó Mons. Ulloa, y alentó a continuar el trabajo en red y en unidad para dar testimonio en medio de nuestras diversidades.
“Nos vamos a unir para que la gente pueda de verdad sentir que es en la unidad, en medio de la diversidad, que nosotros damos el testimonio que la Iglesia necesita dar en estos nuevos tiempos, porque reconocemos también que no todos servimos para todo, pero todos servimos para algo. Y ahí está la diferencia, y qué bueno es que estén con nosotros otras instituciones que tienen el mismo sentir y que nos enriquecen a nosotros, como nosotros también las enriquecemos”.
A través de su intervención desde Samoa, donde participaba en la conferencia anual de Caritas Oceanía, Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis señaló que Migrared “es un viaje más que un evento”, para caminar juntos y construir un movimiento de incidencia fuerte que comprenda las diversas almas y experiencias de Caritas y las redes de movilidad humana.
Aseguró que responde a la necesidad expresada por los miembros de Caritas y varias redes, “de crear espacios regulares de interacción con los refugiados, migrantes y desplazados y sus asociaciones”, recopilando buenas prácticas y construyendo estrategias de incidencia conjunta, cada vez en un diferente contexto regional y migratorio.
El Secretario General de Cáritas se refirió al impacto devastador de la crisis climática en comunidades vulnerables, mencionando a los pueblos del Pacífico Sur, como Papúa Nueva Guinea, que sufren las consecuencias de la explotación de sus recursos naturales y el aumento del nivel del mar, como uno de los ejemplos más dramáticos de la migración inducida por el clima, un fenómeno que afecta a millones en todo el mundo.
Ante la difícil situación de desplazamiento que conlleva un profundo sufrimiento para quienes no pueden migrar por vías regulares y lo hacen por rutas largas y peligrosas, Migrared quiere ser una oportunidad para unir fuerzas como organizaciones eclesiásticas, religiosas y de la sociedad civil para abogar juntas en todos los niveles, desde la comunidad local hasta el foro global: “Necesitamos desafiar al mundo, involucrarnos efectiva y emocionalmente con la realidad de los refugiados y tratarlos como seres humanos, como personas de dignidad inalienable hechas a imagen y semejanza de Dios, y a quienes, como seres humanos en la única familia humana, tenemos la responsabilidad de cuidar”, manifestó Dutton.
Además, alentó a terminar con la “cultura de la indiferencia”, y encontrar soluciones humanas, integrales y duraderas a las necesidades de las personas desplazadas por la fuerza y trabajar para abordar las causas profundas de este fenómeno.
Monseñor Carlos Alberto Correa, obispo de Apartadó (Frontera colombo-panameña), puso de relieve los encuentros fronterizos que permiten acompañar el drama migratorio.
Afirmó que “Dios a través de su Iglesia camina con su pueblo dándole esperanza” y remarcó que la Iglesia colombiana se mantiene en el propósito y la voluntad pastoral de seguir conjugando los cuatro verbos (acoger, proteger, promover e integrar).
El prelado indicó que se continuará el trabajo de articulación con las iglesias hermanas de Venezuela, Ecuador, Panamá, Centroamérica y Cáritas, toda vez que se continuará procurando incidir en los gobiernos “para que de manera conjunta seamos corresponsables en el acompañamiento a esta migración forzada y riesgosa, y lo hacemos como una Iglesia que no tiene fronteras”.
Monseñor David Paul Charters, encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica en Colombia, extendió un cálido saludo en nombre del Nuncio Apostólico de su Santidad en Colombia, Mons. Paolo Rudelli, quien no pudo asistir al evento debido a su compromiso en la toma de posesión del nuevo obispo de Ocaña.
En su mensaje, Mons. Charters habló sobre la importancia de la fraternidad humana y la solidaridad entre todos los pueblos, recordando que “somos todos criaturas de un Padre amoroso, todos de la Tierra, todos de esta inmensa familia humana”.
Se refirió a la centralidad de los pobres y la importancia de la Casa Común que hoy en día sufre, y dijo que el Santo Padre nos anima como miembros de la Iglesia y como cristianos a hacernos responsables de las causas de la crisis medioambiental.
El Mons. Charters dio lectura al mensaje del Papa Francisco dirigido a los integrantes de la VII asamblea general de la Red Clamor y del Encuentro Internacional Migrared, en el que expresó su cercanía a los presentes por las iniciativas en favor de los migrantes y refugiados, reconociendo el esfuerzo conjunto para abordar las causas profundas de la migración forzada y enfrentar las necesidades de acogida, protección, integración y promoción de las personas en situación de movilidad humana.